24 de febrero de 2008

Pensar la hegemonía

Yo sigo en mis trece; me resulta cada vez más patente que de alguna manera ser hombre no ayuda a entrar en el mundo de los estudios de género (léase de la mujer), en un momento dado que yo sea académico me pueda validar (al igual que un oncólogo no tiene que tener cáncer para esta legitimado para hablar del tema), pero al ponerme en el oscuro papel de alumno todo aquello que me legitimaba queda invisibilizado y, casi de manera automática, aparece mis otros roles sociales: mi apariencia de masculinidad, mi apariencia de ser heterosexual y mi presunta hegemonía social. Es decir, sólo si se me supiera la carencia de algún atributo de mi supuesta superioridad estaría legitimado, es decir, habría de ser homosexual, gay, tuerto, negro, cojo, hispano o testigo de Jehová. Pero para no hacer de esto un muro de las lamentaciones tenemos que entender que aquí estamos ante un discurso de la curiosidad, el mío, que choca frontalmente contra todo aquello que se asume de una manera parcial por los estudios de género (en cierta medida un saber/poder académico), que ven en cada hombre un símbolo fálico de la opresión y el poder absoluto de los hombres, porque si se claudica, si se reconoce en algún momento que un hombre, que aparentemente es la muestra de la hegemonía, se acerca al coto de estos estudios quedará roto todo aquello por lo que aparentemente se lucha. Pero el problema es más complejo que todo esto, ya que en cierta medida si la mujer es una construcción en el estar, el hombre lo es de la misma manera, y de alguna manera la ruptura del ser sólo puede realizarse desde las subjetividades sociales.
Una ultima cosa, es muy interesante el trabajo del antropólogo e historiador Óscar Guasch ¿Qué hay debajo de la políticas de igualdad?, donde plantea una cierta crítica a las políticas de igualdad y muestra, digamos, una tercera vía.

21 de febrero de 2008

Silvio presidente...!


Sabías que en Cuba, además de tener garantizados la salud y la educación (la de mayor cobertura y mejores resultados en el mundo), tod@s lo@s cuban@s nacen con derecho a votar?.
Sin trámites, ni pagos, a los 16 años como la jovencita de la foto ya puedes ir a las urnas donde un par de pioneros saludan a cada elector solemnemente. Y puedes elegir delegados o delegadas que llegan a tener tan solo 18 años!
En la Cuba de Fidel, llegan a ser 332 mil jóvenes muchachos y muchachas, que desde los 16 años votan !voluntariamente"!, pues no es obligación. Ojo al dato de la elección del 20 de enero:
El 96% de los inscritos votó (8.230.832 personas), menos de un 5% en blanco y nulo.
Cuba es el octavo país de acuerdo al número de mujeres en sus parlamentos.
Nótese, María Esther Reus, Ministra de Justicia y presidenta de la Comisión electoral informó que en esta última elección, para la Asamblea Nacional (unicameral) han sido elegidos obreros y campesinos (un 28 por ciento) y mujeres (43,16 por ciento); la edad promedio es de 49 años y el nivel escolar medio o superior (99,2 por ciento).
En la actualidad, en Cuba hay seis ministras: de Justicia, de la Industria Básica; Auditoría y Control; para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica; Finanzas y Precios y Agricultura.
El 24 de febrero estas y estos diputados de la Asamblea se reunen para elegir a los miembros del Consejo de estado y al Jefe de Estado. Y si Fidel ya no va, yo hago campaña por Silvio ...

17 de febrero de 2008

Sobre nuestra discusión sobre educación del otro día...

Ticas, sobre nuestra conversación de la importancia de incluír, dentro de la currícula de las carreras universitarias, temas de caracter social, en contraste con la tendencia actual de graduar "máquinas de producción", quisiera traer a la mesa el siguiente extracto de uno de los textos que nos facilitó Alcazar para el módulo Educación y Genero:

“La expansión de una sociedad centrada en el mercado, con énfasis excesivo en el razonamiento instrumentalista, reduce el espacio para mejoras éticas y sociales. L análisis político y el activismo son considerados como innecesarios y obstáculos para la eficiencia tecnológica, la misma que se convierte tanto en los medios como en el fín. Podríamos preguntarnos: ¿Si la educación no se ve más como un bien común, en qué bases se puede desarrollar la solidaridad entre los miembros de la sociedad? ¿Y si la solidaridad no es asumida en los colegios, qué lugar de encuentro queda para inculcar interés por la justicia social y de género?”

Extracto de UNA CARTOGRAFIA SOCIAL DEL GENERO EN EDUCACION, de Nelly P. Stromquist
PS: en el caliente debate estuvimos Lilian, La Tica, Santa Ana, Alexandra, Jeovanna y yo misma.

NOTICIA: UNION CIVIL HOMOSEXUAL PARA TODO URUGUAY!!!!


Tremenda noticia!!!
Primer país de América latina en promulgar el matrimonio civil homosexual para todo el territorio nacional. Ya estaba aprobado este derecho en algunas capitales de Brazil, algunas ciudades argentinas, y la capital de México. Bien! ver mas.
Lo curioso es que en nuestros países sea mas prioritario y rápido legislar sobre matrimonios homosexuales, que atender la urgente despenalización de mujeres por aborto. Sin urgencia alguna, descansan en los poderes legislativos proyectos sobre los derechos reproductivos de las mujeres sin urgencia alguna.
Esta resistencia a reconocer los derechos de las mujeres sobre su cuerpo, se corresponde al interés de dominio cultural del hombre sobre la mujer, de negar su libertad. Como la unión homosexual está simbolizado por el matrimonio gay, hombre con hombre, no representa una amenaza (de hecho las imágenes en la web son las más). Y es evidente que no solo en el Uruguay se presenten más problemas y sea menos común parejas de mujeres pidiendo casarse.

13 de febrero de 2008

Un punto mas al petitorio


Mis amigas se han ido de fiesta karaoke. Y aquí estoy, leyendo sobre la CONDICION MASCULINA luego de mirar con repulsa un sitio web OH, misoandro de pésimo gusto. Sobre el comentario de nuestro colega JLuis, no puedo dejar de añadir antes de irme a dormir....
De que hay hombres que NO han preferido hacer vista gorda, los hay y quienes promueven experiencias igualitarias, también. Quienes padecen su condicion hombre, muchos más. Quiero creer que es necesario el dialogo y también las alianzas.

Y en la línea del colega JLuis, que es de esos que se suma y da la cara, termino con el reclamo pertinente, (pues como dice mi pareja si en un blog no te quejas no te leen): En este curso de género, no hay ni menos una sola mirada y ahí está su valía. El problema hasta ahora es no socializarlo, como recomienda Juana. Yo propongo entonces un punto más al petitorio. Até ja.








A por el del fondo

No quiero dejar pasar la oportunidad que se me ofrece para deciros que en este doctorado me he sentido fuera de lugar más de una vez -esto no quiere decir que siempre–, esa sensación de que sobras y que tu opinión es de alguna manera deslegitimada (y que conste también que todas mis compañeras me demuestran un cariño que es reciproco). Como profesor es un acto de humildad muy grande ponerse en el papel de alumno pero muy interesante (recomiendo hacerlo de vez en cuando), porque te haces consciente de la enorme diferencia, jerarquía y distancia impuesta en la relación (asimétrica) entre profesor y alumno. Pero aquí no hablo de la relación saber/poder, sino de que si me ha hecho sentir fuera de lugar por el hecho de que, más de una de mis profesoras, han supuesto que mi estado me sitúa en el papel expiatorio de toda la masculunidad; de hecho, nunca me han preguntado ninguna si soy o no hombre, simplemente, me han negado por que parezco lo que casi con toda seguridad puede que sea. En última instancia, no serán pocas las que afirmen que está bien que un "hombre" sufra sobre su piel lo que ellas llevan viviendo desde hace miles y miles de años. En fin, es seguro que habrá otras razones, pero todas se resumen en mi condición esencializada, planteada en un discurso de discriminización positiva, de que el que aquí ahora les escribe es un "hombre". Me matriculé de esto para ver si aprendía algo de género y les puedo asegurar que algo he aprendido. En fin que soy el candidato ideal de OH en la medida que se me ocurrió pasar por aquí, el consuelo de ellas es que simplemente soy un alumno (en masculino-singular) y por lo tanto de paso, en transito y en proceso de degeneración.

11 de febrero de 2008

A por la masculinidad

Para discutir el tema de la masculinidad os propongo las siguientes referencias, algunas imprescindibles, en castellano y accesibles son (todas ellas en formato pdf de la revista Descatos):

- Ser hombre de verdad en la Ciudad de México. Ni macho ni mandilón. Anna M. Fernández Poncela.
- Rompiendo esquemas. El retrato etnográfico de una familia de travestíes en el Oaxaca urbano. Michael J. Higgins y Tanya L. Coen.
- Los “hombres” y el conocimiento. Reflexiones epistemológicas para el estudio de “los hombres” como sujetos genéricos. Guillermo Núñez Noriega.
- De acomplejado a arrollador. Semiótica de la masculinidad. Juan Carlos Ramírez Rodríguez.
- Intimidad en venta: ¿cómo se llega a ser trabajador sexual? Michel Dorais.
- Entre la temeridad y la responsabilidad. Masculinidad, riesgo y mortalidad por violencia en la sierra de Sonora. Héctor Eloy Rivas Sánchez.
- Crónica de aspectos, aspersiones, cambios, arquetipos y estereotipos de la masculinidad. Carlos Monsiváis.

9 de febrero de 2008

Lo obvio, ¿o no?

Obviamente que estudiar un doctorado en género no puede tener otro sentido que aprender algo sobre el "género", el resto, es parte de aquello que nos propone la academia discursivamente. Pero también es verdad que todas las que de alguna manera nos acercamos al tema bajo el presupuesto de que nos antecede la masculinidad, el ser hombres -y que ya es mucho decir-, y que de alguna manera nos hace pertenecer a la parte que aplica el sistema hegemónico, somos automáticamente sospechosos, cuando menos tratados de infiltrados... Y, sin embargo, lo principal que estoy aprendiendo en este doctorado es, por un lado, que las mujeres se encuentran en una posición muy crítica, pero también que participan de un cierto grado de perdida del referente, más a más, porque mucho de lo que dicen se extravía en el mundo de las discusiones académicas; y, segundo, que unos cursos como estos tendrían que ser obligatorios, el formato habría que discutirlo, para todos los académicos, en masculino, que quieran dar clase en la universidad -cuando menos, pues yo lo daría como una asignatura obligatoria en el bachiller-, pues en el fondo sólo proponiendo una lucha frontal y racionalista con los dispositivos de administración del poder se puede conseguir cambios significativos.

"Tengo miedo del miedo que da"


Algo me inquieta. En nuestros países de america latina la legislación no ha asumido el problema de la violencia contra la mujer (ni de muchas otras violencias que nos dividen y empobrecen). Respecto a la primera, aún se nombran violencia doméstica, intrafamiliar, y los medios de comunicación la niegan, la mal informan, la venden.

Ahora bien, aquí en España, bajo la protección y promoción de la europa comunitaria, podemos apreciar un modelo de salida. Se agradece, pero confiezo inquietudes.
La batería de leyes con sus correspondientes medidas de protección a la "mujer" víctima de la violencia proveniente del "hombre" que existen en España, visibilizan, nombran con nombres más justos, tipos y niveles de agresion y el asesinato. Como es de esperar, esto se traduce en un despliegue de recursos que se invierten en políticas de prevención en escuelas, universidades, medios de comunicación y seguridad pública... (sin duda necesarias y sería interesante saber qué enfoque y consecuencias tienen). Me parece ejemplar el compromiso del estado español cuando cubre el problema de la dependencia económica de la mujer, crucial para intentar salir de una vida en violencia. Y también están las medidas punitivas a los hombres agresores, las penas-castigos, cuya imagen es fuerte y no menos violenta que lo que lo sustenta. (En fin, todo lo que de manera excelente nos dió a conocer y dejado Pilar en su clase del viernes).
Pero terminada la clase, salí a la calle a caminar y sospeché de cuanto hombre se me cruzó. Luego pensé, "espera, yo tengo dos hijos varones y claro, no quiero que ellos sean calificados de "agresores", y menos quiero que sean encerrados en una cárcel por serlo...". Es aquí donde se cuelan mis dudas: cuánto ayudan?, resuelven el problema?, qué efectos tienen estas medidas y definiciones?. ¿Cuál es el objetivo de la Ley en estos casos? En definitiva, la Ley en su afán de calificar, impedir, dar seguridad (o contener) consigue que "hombres" y "mujeres" nos sintamos menos enemigos, menos sospechosos, menos vulnerables?. Por lo menos a mi, me da miedo del tanto miedo que da (cancion de Pedro Guerra).